En el año 2007 National Geographic emitió una serie de documentales sobre la “inteligencia” humana, en particular sobre los niños de corta edad que han acabado destacando en diversas actividades. El documental que veremos está dedicado a Susan Polgar, quien llegara a ser Campeona del Mundo Femenina de ajedrez, y sobre cómo llegó a ser quien es.
Pulsa aquí para escuchar esta entrada (mp3)
Precisamente uno de los notables ejemplos de educación “especial” impartida por los propios padres fue el de las tres hermanas de la familia húngara Polgar – Susan, Judith y Sofia -.
En la Hungría de mediados de la Guerra Fría (década de 1970s), sus padres “decidieron” (*) que la mejor educación para sus hijas debería provenir de ellos mismos, dado que ambos poseían conocimientos pedagógicos y psicológicos. Ellas harían los exámenes obligatorios a final de curso y punto. Por supuesto, encontraron la oposición de las autoridades húngaras, aunque consiguieron vencerla.
* En realidad, ya al casarse tenían pensado llevar a cabo este método educativo. De hecho, la boda fue concertada, con idea de llevar a cabo este propósito.
Así, el padre – Lazslo Polgar – podría también poner a prueba una controvertida hipótesis que ya había expuesto en su libro Bring Up Genius! (Educa genios): tras haber examinado numerosos casos de jóvenes prodigios – como el de Mozart, por ejemplo – pensaba que un “genio” no necesariamente nacía con ese “don”, sino que podía formarse con una adecuada educación. Es decir, según él, “un genio no nace, se hace“.
Llegados a este punto hay que comentar que lo que normalmente se entiende por “ser un genio” no debería – ¡en absoluto! – ser pensado como que es lo mejor para un niño, ni necesariamente determinadas “habilidades excepcionales” deberían ser garantía de una vida mejor.
* La definición de “genio” de la Real Academia Española de la Lengua es: “Capacidad mental extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables.” En fin… ¿cosas “admirables”? ¡Ejem!
Lo que no comenta esta definición es un hecho significativo: muchos de los “genios” que hemos conocido presentaban ciertos desequilibrios con respecto a otras áreas – alguien podía ser un genio en matemáticas y olvidar donde había dejado cualquier cosa -. Es decir, el área matemática del cerebro podía estar más desarrollada, sí, pero otras zonas habrían quedado por debajo de lo “normal“…
Hay una cita que a mi me gusta mucho y me parece tremendamente real:
“entre la locura y el genio sólo media el éxito”.
Casos como el del pintor Vincent Van Gogh , que murió en la pobreza, lo atestiguan. Por otro lado, muchas veces que alguien aprecie esa cualidad genial es pura cuestión de suerte…
Como ejemplo de lo contrario, el periódico Washington Post hizo una prueba… la del famoso músico “disfrazado de indigente” (Joshua Bell, violinista de fama internacional) que tocaba fantásticamente en una estación de metro de Washington (enero, 2007) – ¡con su violín valorado en 3 millones y medio de dólares! – en hora punta, mientras la muchedumbre pasaba de largo sin hacer casi ni caso.
Es decir: la gente apenas es capaz de distinguir a alguien que muestra “capacidades más desarrolladas” en el día a día…
El “hilo conductor” elegido para cuantificar el progreso de las hermanas Polgar fue el ajedrez. ¿Por qué? Porque se trata de un arte, una ciencia y existe la posibilidad de probar la toma de decisiones en competición, con resultados medibles. El “hándicap” en estas competiciones era que hombres y mujeres jugaban por separado: la destreza ajedrecística de las mujeres era tenida por muy inferior a la de los hombres… ¡hasta que alguien demostró lo contrario!
* No todo fue tan sencillo, puesto que la Federación Internacional de Ajedrez se opuso en primera instancia a que Susan (la mayor) compitiera con los hombres en competiciones internacionales.
También hay que comentar que el hecho de que el ajedrez entrara en la vida de estas chicas por casualidad – como dice el documental – parece ser completamente cierto (Susan tendría 4 años en el momento de descubrir el juego de ajedrez en el armario), tal y como dice el artículo The Grandmaster Experiment (Psychology Today, 2005)
En el caso de las hermanas Polgar, mi opinión es que su educación fue brillante y muy equilibrada en todos los aspectos, y – gracias a Dios – ellas NO SON uno de esos genios (¡y me alegro! ).
Parecen gente muy normal y abierta y, de hecho, recuerdo una anécdota: cuando le pedí el autógrafo a Judith (Madrid, 1995) ella firmaba con una sonrisa en la letra J… Casualmente, la única vez que he estado en Jaén (1996, jugando un torneo de semirrápidas), fue cuando Susan consiguió el título de Campeona del Mundo ante la china Xie Jun. De recuerdo me llevé un “pin”…
En cuanto a muchas de las cosas que ellas pueden hacer – pruebas de memoria ajedrecística o jugar a la ciega, por ejemplo – se adquieren con la práctica a lo largo de los años. Quienes no estén familiarizados con ello piensan que es algo increíble, claro. En este sentido, el documental de National Geographic es algo sensacionalista; incluso hay un punto en el que la narradora dice “la furgoneta pasa a toda velocidad” (para memorizar una posición al instante) ¡y va muy muy despacito!
* Aún así, siempre habría que ver el documental original; ya sabemos lo que ocurre en los doblajes… El título original era My brilliant brain: make me a genius.
El documental empieza de forma espectacular, con algo muy habitual en el terreno ajedrecístico: una partida rápida. Sin embargo… ¡cada jugador tiene sólo 1 minuto en su reloj!
Veamos, pues, la primera parte del video:
La segunda parte:
Y la tercera parte:
De todo esto surgen varias conclusiones interesantes. Quizá la más destacable es que el área del cerebro de Susan encargada de identificar las caras es la que se encarga también de realizar algo similar, pero con posiciones de ajedrez.
¿Qué más puede descubrirse en el cerebro de Susan y, quizá más importante: qué detalles y métodos importantes de cara al aprendizaje pueden extraerse de la educación de las hermanas Polgar?
¡Esperemos saber algo más al respecto pronto!
Nenhum comentário:
Postar um comentário